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420. Decimo dia mentir ni engañar, y por mante= ner la union y buena inteligencia con nuestros proximos , y por sobstener tambien el honor y de- coro de nuestro estado; pues con las ficciones y las mentiras se vie» ne á perder el credito, y se ha- ce odioso á todos , no haviendo alguno que no aborrezca el ser engañado. icostumbremonos pues á no decir jamás mentira de proposito, ni por. escusa, mi por otro moti- “vo, por grande que sea, acordan- donos que nuestro Dios es el -Dios de la verdad. Y si tal vez por descuido dijeremos alguna mentira , corrijamonos al instan- 4e , Ó explicandonos Ó desdicien- donos. Amemos la candidez é in- nuidad, no diciendo ni hacien- jamás cosa que reétamente no se conforme con el interior. Cier- tas ocasiones se ofrecen, en las quales no estamos obligadosá re- velar el secreto de nuestra men- mdd te
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