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TH 334 Oftavo día - larmente , de mis vanos, impu- ros y orgullosos pensamientos. O) uien lo huviera creido jamás! due la viña de mi alma, fecun- dada, de la divina misericordia, con tantos dotes de naturaleza y de gracia, debiese producir pim= ollos tan dolorosos al Hijo de Jios ! Y con todo es asi? Asi es. Mis pecados han ocasionado mayor dolor 4 su delicadisima ca- beza, que todas las espinas: de, aquella atroz corona ; pero me arrepiento de ello, 6 Señor y Dios. mio! y con vuestra gracia , que instantemente imploro , os pro= meto de querer de aqui adelante. ser cauto en resistir 4 todo mal pensamiento. Si fui negligente y malicioso por el pecado , no quie- ro ya serlo mas. Armaréme de santos pensamientos, para hno dar, mas lugar 4 los profanos... _ Esta corona. que los Judios: le pues on. en la cabeza, no fue so- amente corona de dolores, sino si 5d tam-
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