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NAAA ARAS 316 Oflavo dia sima complexion, era mas sensible en ella (para decirlo asi) una pun- ba de aguja, que quanto pudiera- mos sentir nosotros la violencia de una espada. Y siendo llos yer- dugos contra él: tan pe od enfurecidos, que en la crueldad y en la fuerza parecian mas den que hombres humanos, como de «llos mismos dijo San Lucas en el Evangelio, 22. 93. Hec est hora westra , ES potestas tenebrarum. Qué dolor no pedeostÍA. Jesus en una tempestad de tantas y tan fie- sas. injurias, afrentas y azotes? -s ahora tu quanta parte tienes en esta cruda fagelacion, y £ree, que quantos golpes descargan sobre aquel delicadisimo Cuerpo de Jesu-Christo, son otros tantos pecados tuyos, previstos, de.su Ma- stad. O, malditos pecados, :que ron,ocasion 2% tantas, penas á tu Salvador Divino! Llegate en espl- ritu 4 la columna , besa aquella Suar Santisima , de la o qe

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