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206 Quinto dia aquello, que aun en sombras po- dia man la pureza. ; O quanto le a esta hermo- sisima virtud 4 Jesu-Christo! Tu le hiciste voto de ella ; pero có: mo le has mantenido y observado hasta ahora? cómo en el cuerpo? cómo en el alma? Si la pureza ha padecido en tí alguna mancha, haz: un examen exaéto de buscar y ha=: llar la causa; y encontrarás en tu poco espiritu ( que no sabe ha= cerse violencia á mortificarse ) el origen y manantial de todo tu des- | Es esta virtud un - lirio: que solamente . se mantiene entre las espinas; y si “amas y destas de: guardarla , resuelvete á no aca“ riciar mas tu cuerpo con tanta so- licitud y zelo de la salud. No dar mas tanta libertad 4 tus sentidos. Propon de mortificarte, forzando= te contra tu genio , que por mas que te parezca natural , Ó puede ser , Ó se puede hacer sensual ; y no desprecies cosa alguna, a

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