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166 “Quáarto dia | bre , el qual 'hallandose en lugar, donde la virtud es acreditada, ala- da y honrada, estudia con arti- ficios y aficciones de darse 4 co- nocer virtuoso, por adquirirse la es. timacion de tal. El no se cura de ser buen Religioso: delante de los ojos de Dios, por tener el merito de las virtudes; sino solamente de comparecer tal delante de los ojos de los hombres, por acreditarse con ellos. Es como los monedarios falsos, que cubren la liga de un vil metal con arracadas de oro 6 de plata. Y asi de la misma suerte estos miserables cubren su vicioso y falso interior con la demostra- cion de la piedad y de la devocion: Consigo mismo el hypocrita es be- nigno, tomando secretamente sus comodidades, y en publico se porz ta como austéro, con dengues de escrupuloso en las cosas mas me- nudas y ridiculas, hallando en to- do motivo de manifestarse escaná dalizado. Dice mucho de aquello g pri que F