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4 , a < - q en la Regular observancia, deses O e lEstuciado:de los Medi- «cos,y notificado ya de que se mué- re. O de quántos afanes y angus- tias se halla sorpreso ! De qué re- mordimientos de conciencia 10- uieto ! Ve ya presentes todos los desordenes de su vida:, E la cuen- ta que en breve tiene de dar en el Tribunal de Dios. Opreso del te- mor , confuso y descompuesto €n las potencias del anima, si se mira como es necesario entonces en mismo. Donde está el fruto de aque- lla libertad que se tomó para sa- tisfacer 4 sus pasiones? Osi pudie- se de núevo comenzar la vida, qué otra sería! O si pudiese volver atrás algun año,ó siquiera un mes! Confiesa de haver errado; pero es muy tarde! Vas presto era necesa: rio pensar en esto. Por el contrario un Religioso que ha vivido pobre, casto, obediente, y como verdadero Capuchino en la observancia de sus Constitucio- Ai F3 Des,

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