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__ ;.2r..r:JO DE L<.J PP. GRIEGOS EN LA DOCTRINA DE SAN BUENAVENTURA 559 _ _ f::: · o;; y e~-plicaciones racionales se urge hasta el lhnite de lo razo– ._,_ ~~ y atm algo más, si hemos de creer a Sto. Tomás (9). E:i el aspecto real del problema se observa que cier tas ideas muy . F- r:das por los Griegos y básicas en su n1odo de explicar el misterio, ~- ~n ausentes en Ricardo. La idea de la principalidad del Padre y la _-:,~~ideración de la primera per sona como punto de arranql1e del pro– ::?:>O trinitario, no se encuentra en Ricardo. El parte de la unidad di– -.-:na (no abstracta, sino individt1al y realísima) de la idea anselmiana -le Dios co1no "Summurn omni1t1n", de la unidad intensivamente infi- :iita, para lleg,ar a la Trjnidad, como la forma más perfecta y la mani– f estación plena de aquella Unidad (10). Con esto también se ve ot ro motivo de divergencia: si los PP. Griegos parten de las personas ha– cia la 11aturaleza Una, Ricardo sigt1e el proceso inverso y no hay en él vestigios de J)revalencia de la ;persona sobre la naturaleza al modo griego. Finalmente, tampoco se euct1entra en Rica1·do esa valoración trinitaria del cosmos (natural, y- sobrenatt1ral de la Iglesia) todo él sendereado por las huellas de la Trin idad, egi'111 se pone de n1anifiesto en algunos escritores del último período, como el Ps-Dioni ·io. Ricardo expresamente desestima las creaturas como 111edio paTa llegar a la "conte1nplació11" de la Tl'i11idad: apart ándose así, de lllle\·o, del J)cn– san1iento griego (11) . Si co11 frecuencia parece que identifica las pro– piedades co11 las personas a n1odo de constitutivo de la::; misn1as, segu- 1·a1ne11te no se debe a jnfiuencia griega, sino a reacción contra Gilberto Porretano que concebía la Deidad como una forma abstracta y pre– intelecta a las propiedades personales (12) . C) lNFLIIBN-CL.\. DI<: R ICARDO EN S4.t~ BUENAVENTURA Ricardo no ha de ser propuesto como representante de los PP. Grie– gos, según pensamos. P ero sí puede seguir siendo presentado como pr ecursor del Doctor seráfico. Sobre todo en el aspecto metodológico el influjo es preponderante; ya sobre el método general de arg11men– t ación por razones necesarias. ya en los ar g11n1entos que se aducen en (9) RICA.&DO, J)e Trini tate, prólog. : ::\IL. 196, 890 ¡ y col. 892, 930. (10) Ibíd.: el lib. segundo trata de la unidad d i vi.na , col. 902-915; y luego pasa a estudiar cómo de esta unidad surge la Trinidad, col. 915. - Sin embargo la idea. de una "persona a semetipsa ' ' pudiera favorecer algo la "principa.Iidad" del Padre al modo bonaventuriano; Cf r. col. 950-951. (11) Cfr. Beniamiln maior, IV, cap. 20: l\1L. 196, 161-162. También ETHIER, ob. cit., pág. 57 ss. (12) ETHIER, ob. cit., pág. 24 ss. - De las propiedades divinas habla Ricardo en el lib. V--VI ¡ col. 947 ss. [7-]

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