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576 LILEJANDRO DE VILLAL?.IO:t-.TTE, O. F. M. O.AP . Sin haber leído ningún autor griego, por asimilación y desarrollo de las ideas agustinianas sobre el vestigio y la imagen de la Trin idad en el alma pudo San Buenaventura llegar a esa visión trinitaria del mundo :-T del hombre. P ero bien se puede conceder que bajo el influjo del P s– Dionisio su concepción trinitaria se benefició de un especial desarrollo. Señalamos en especial que la concepción bonaventuria11a de la I glesia como reflejo de la j erarq11ía divina, tal como aparece en las Conferen– cias sobre el H exaémeron, es de manifiesta influencia dionisiana. Ya el gran Orígenes observaba q11e, mien t ras los pecadores están en un desierto, la Iglesia está llena de la SS. Trinidad (45) . Y est a idea se ha mantenido viva y cr eciente en la tradición oriental. El proceso trinitario, la vida íntima de Dios-Trinidad se encuentra r eflejada en los procesos cósmicos, en la historia de la Iglesia y del mundo cuya expl i– cación última es el hecho de que Dios sea trino en personas (46) . Y esto con la misma clariaad e insistencia con que San .Agust ín y San -Buenaven t ura contemplan el ser y la vida ínt ima del hombre como un r eflejo-imagen- de la Trin idad. Sin duda bajo influencias dionisianas San B11enaventur a habla ma– ravillosament e de esta plétora de vida trinit aria en la Iglesia. Toda ella, desde su más alta j er ar quía, en sus funciones t odas, en las virtu– des q11e brillan en su vida oficial, en las clases de miembros que la com– ponen , en todo manifiesta la presencia de la J erar quía Suprema de la Trin idad, q11e es el p r incip io, man tenimiento y cons11mación de todas las cosas (47) . F inalmente, ta1nbjén el desarr ollo de la vida sobrena– tur al en el alma hl1n1ana. en SllS ~rados superiores. es descrit a por S-an Buena,enmra si2'l1iend-: lo~ n1olde.s de la teología trinitaria del -~reo- COXCL-USION Como r esul tad.o de nuestro estudio nos parece que se puede afirmar como seguro : La doct rina t rinitar ia de San Bu enaventura, en con - (45) Citado por TROMP, De Spiritit Sa·ncto anima Corporis lf ystici. Documenta sel ecta e P atribus graecis, pág. 23. (46) Véase SOLOVIEV, Rusia y la I g lesia universal, t rad. españ., Madrid, pági– nas 295-409. Incluso B E.&DIAEFF, El sen t ido de la H istoria, trad. españ. Barce– lona, 1943, pág. 57 sigtes.; si bien en forma vaga y demasiado afectada por el transcendentalismo alemán. (47) Collat. in H exatnneron, col. 21 y 22; V, 427 ss. y 438 ss. (48) Sobre el alma jerarquizada lJena de la vida trinitaria, cfr . ltine-rari-wm, cap. 4; V, 307. Co?lat . in Hexaemeron, col. 20, n . 22 ss : V, 429 ss. lb. col. 22, V, 441 ss.; col. 23 ; V, 444 SS. [24]