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.iLE-JANDRO DE VILLALMONTE, O. F. M. CAP. mo Se ~afi.co doctor. Se ha discutido mucho cuál sea para nuestro Autor e! constitutivo formal de la persona divina: las propiedades, los orí– genes, las relaciones ('38). Es el punto más oscuro de la doctrina trini– taria de San Buenaventura. Y en realidad de cualquier sistema, por– que todos están sujetos a dificultades serias en este particular. Lo que parece indudable es que el Seráfico doctor da particular importancia a los orígenes en la constitución de las personas. Esto puede interpre– tarse como una consecuencia de su concepción más din,ámica del Ser divino; pero sin descartar el que la dificultad del asunto le obligase a no fijarse ta11 exclusiva1nente en las relaciones. De todos.modos, hablar de una influencia griega en este punto de la doctrina b6naventuriana creemos que carece de fundamento. Donde más se manifiesta la riqueza de la teología trinitaria de los PP. Griegos y su ventaja sobre los Latinos es la amplitud ·y proft1- , sión de formas con que estt1dian los nombres de las personas divinas. P-i;idiéramos decir que su sistema resulta de un estudio detenido y pro– fundo de Ios nombres divinos con que son notificadas las personas di– vinas. Veamos también aquí la posible influencia en San Buenaventura. Respecto a la primera persona es bien característico el nombre de Innascible e Ingénito, con sentido positivo. Este sentido positivo lo expresa el nombre de Principio (causa) de la Trinidad. Ahora bien, sobre la teología de la primera persona ya he~os visto las íntimas coin– cidencias del Seráfico doctor con los Griegos e incluso la facilidad de influjo a través de Ps-Dionisio. Los nombres de la segunda persona son: Hijo, Image11, Verbo; por este orden han de ponerse, según S. Buenaventura (39) . - Respecto al nombre de H ij-0 las dife r encias han de ser cor respondientes a las que se notan al h.abla1· de la natuTalez.a íntima de 1a primera procesión. La doct:-i...11a del H:jo-Inagén e.s :!l::rgraa1.ente agustiniana en San Buena'\"Er.~ra. -Si c::a :-TI -:-s:e- ::-,..m:o al Dan1asceno es para decir: el Da~a.scE~o. c· a:to g!':ego .-1ue er-a . no tenía un concepto de imagen tan e..."\2-c:0 C')::J J los I.atinos 40 . - _-\.unque el nombre de Verbo lo pone en ,3~) Cfr. S-r110Rn., Dü? Trí¡¡iitatslelire eles hl. Bona:uentu,ra (11ünsterische Beit r. zur Theolog., Hf. 3) Münster in W., 1923, págs. 114-124. 111. SCHIIIAUS, Der Libr;.,r propitonc1,toriu.s des Tho1nas A.nglious... II Teil: T1•il/'l.itii:ri-schen L ehrril1;¡– ferenz&n, págs. 449-454. -- Los textos de S, Buenaventu1·a pueden verse, principal– mente, en I /iJent., d. 26; I , 451-461. Ib., d. 33, q. 1; I, 571-573. I b., d. 28, q. 2-4; I, 500-503. (39) 1 Sent. d. 31, P. TI, art. 1, q. 2, resp.; I, 5 42. Ib. d. 27, dub. 2; I, 491 b. - "eQ quo Filius eo est imago et eo ipso verbum" Ib., loe. cit.; pág. 542 b. Breviloq.ui-wm, P . I, cap. 3; V, ca.p. 3; V, 212. (40) "Damascenus fuit g1·aecus; graeci autem non ita proprie accipiunt ra– tionem imaginjs, ut Latini, quia nec ele origine personarum sic sane intelligunt". Ib., loe. cit. ; I, 542 b. [20]

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