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-~L•~J-~'-"DRO DE VILLALMONTE, O. F . 14. CAP. L~ p::midad le constituye al Padre en "prii1cipio" por antonoma- 5: -E : □ajo todos los aspectos, en el seno de la Trinidad. Pero resulta ·:rae la fecundidad dinámica de los seres tiene doble modo "noble" de difundirse: por vía de naturaleza y por vía de liberalidad. Pues bien, el Padre en ambos modos tiene la primidad y -por eso es principio de las otras personas. Por ser primero en orden de naturaleza es prin– cipio del Hijo. A este le comunica toda su dignidad excepto el ser p'timero en la fecundidad "natural" y así el I-Iijo tiene también junto con el Padre la primidad en la línea de difusión "liberal". Y porque la voluntad del Padre y del Hijo es (lprimero" que la del Espíritu S.an. , to por eso es fecur1.-da para producirlo. Y el Espíritu .Santo nada pro– dl1ce ad intra porque no tiene primidad, ni de la naturaleza ni de la voluntad (25). - La primidad considerada en la forma concreta en que la posee una persona-el Padre o el Hijo con el Padre-es la razón de las difusiones trinitarias y el punto de partida para el estudio de las mismas. Decíamos que la primidad es poseída por el Padre con antonoma– sia. Este nos lleva a indicar otra idea interesante de San Buenaven– tt1ra: el concepto de la primera persona como punto de partida de las procesiones. Pero fijémonos en la forma propia en que se presenta esta idea en nuestro Autor: la primera persona no es principio fe– ct1ndo de las otras precisamente por ser .Padre, ni tampoco es aquí la persona en cuanto tal la .que se constituye en principio fecundo del dinamismo: es algo medio entre la esencia divina y la razón formal de persona, el concepto sutilísimo de "innascible" o de primidad en orden de "naturaleza" lo que hay que indicar como razón forn1al propísima. de la primera procesión (26) . Esta consideración de la persona de~ Padre como fu ent e de la Tri• nidad: la ide~ en que 111ás ,f a:7 r ox::na San Buena,enti:1ra a los griegos. La prec,e--..:;.pac: '= por f~t: ~ar-:<:'~r : a na:uTaleza de esta plenit11d fontal del P2.i:e .-~::=- 2. ::i::c::_a~ pág:nas en la obra de San Bue11aventura, sin d11da r•Jrrr-.. 1e -;eía lo irr1port ante del problema para su teología trini– :iaria. _\fort1madament e nos da también las fuentes de su pensamiento en este problema. Veamos si se encuentra a los PP. Griegos. Se mencionan dos fuentes genéricas: la tradición de los antiguos doctores y la doctrina del Filósofo sobre el primer principio. Una idea tradicional a la luz de un principio filosófico sirven a San B11enaven- (25) I sent., d. 2, art. únic., q. 2 y 4; I, 53-54-58 passim. lb., d. 7, q. 2, resp.; I , 139 b. lb., d. 11, art. únic., q. 2, resp. y ad 3 m., 4 m; I, 215 a, 216 ab. (26) I Sent ., d. 27, I, art. únic., q. 2, resp. y ad 3 m.; I, 469-4-72. lb. d. 28,, a r t . únic., q. 3 ex professo; I, 501-502. Aclara su pensamiento en II Sent. pro- 1og.; II, 1 ss. [14]

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