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564 ALF..,JANDRO DE VILLALMONTE, O. F. M. üAP. más aún todas en conjunto nos explican el que haya en Dios difusio– nes intrínsecas (20). El •pensamiento que San Bue11avent11ra encierra en todos esos numerosos textos podríamos resumirlo así: considerando juntas todas estas perfecciones divinas nos dan un concepto tal del Ser divino, que nos hace inteligible-en lo que puede un viador-que Dios sea trino en personas: la omniperfección divina acumula por así de– cirlo en Dios toda la plenitud del ser; esta plenitud infinita se pone en actividad o movimiento por razón d e la bondad; para que este infinito dinamjsmo en Dios no rompa o distienda su estructura íntima, nos hace pensar el Santo doctor en la simplicidad omnímoda, que exige ella misma el dinamismo interior lejos de excluírlo. Finalmente, la primi– dad da la última determinacíón que nuestra mente n ecesita ver para concebir ese dinamismo infinito ya difundido. Si ahora comparamos estos resultados con la concepción de los Pa– dres griegos llegamos a esta conclusión : la actitud general de la mente humana frente al misterio no tie11e nada parecido en ambos casos. La heroica confianza en la razón teológica que incluye el método de razo– n es necesarias, en modo alguno se encuentra entre los griegos que s-iempre insistían en lo insondable del misterio contra los excesos racio– nalistas de la her ejía. Aun los Padres que más sistemáticamente expu– sieron el dogma trinitario nunca quisieron ofrecer una explicación cien– tífica. Se contentan con afir1nar los hechos sin investigar la razón for– mal de los mismos (21). Bajo este aspecto se encuentran en el polo opuesto a San Buenaventura que urge hasta el extremo las posibilida– d es de la razó11 t eológica. Ijas razones que en co11creto aduce el Doctor seráfico, tampoco tie– nen precedentes en los griegos . Puede ofrecer lu1a duda seria la idea del Sumo bien difusivo y la idea del amor "extático·• t an agradables al Ps-Dion isio : a S . Buena , entlU'a : pEr o dejamos para más adelante l a eon1paracj 5n e3:'ec:al de ~a rl.o<-:-:-:na t r in itaria de San Buenaventura con !a del P .s--~re0~afi :: a. E:i ~':' ~ :: :rns Padres griegos algún texto ais– lado que puEda ·~a ..,2r a~:.:s; '1Il a ;:.-:;::.: :i ea. B ) ESTRUCTuRA. L.~TTh1A DEL SISTE~,1~ TRD\1-TARIO Es aquí donde las coincidencias entre San Buenaventura y los Pa– dres griegos son más frecuentes y donde, por otra parte aparecen di- (20) Los textos principales en I Sent., d. 2, art. únic., q. 4; I, 53 ss. Brevillo– qwiwm, P. I, cap, 1; V, 54 ss. Collat. in H exaem., collat. XI, n. 2; V . 380 ss. (21) Este es el pensamiento del Damasceno, resumiendo el de sus predecesores griegos, Cfr. BILz, Die Trinitiitslehre des loannes van Damaskus, Paderborn, 1909, pg. 52. [12]

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