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0. — de ser. su recorrido que no debe ser largo, y recomendando á todos vayan ordenadamente en dos filas: primero los niños, después los jóvenes y demás hombres, siguiendo los can- tores, Sacerdotes y el Preste y finalmente las mujeres detrás. Inmediatamente un Sr. Sacer- dote organiza la procesión, haciendo que em- piecen á salir los niños y entretanto el segundo P. Misionero se quita el manto y sin dejar las sandalias, toma en hombros la nueva Cruz, colocándose en el plano de la Iglesia, delante del Preste y de los cantores. , Llegado el momento de caminar los Sacer- dotes y el Preste, se entona el cántico: ¡Ay de mí!, cantándose sus estrofas durante la proce- sión, alternando con el coro. Cuando los que van delante,en la procesión han llegado al lugar en donde ha de quedar la Cruz, se van colocando en su derredor, según permita el lugar, dejando paso al que lleva la Cruz, á los Sacerdotes y al Preste. Se coloca definitiva 6 provisionalmente la Cruz en el lu- gar destinado, é inmediatamente el segundo Mi- sionero dirige al pueblo una breve, pero fer- viente arenga sobre el objeto de la nueva Cruz, exhortando á todos á que cada vez que la

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