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<= sufragio de las almas del Purgatorio. 2.? Aca- bado el último Padrenuestro, pasa el otro Mi- sionero al lado de la Epístola, donde deben estar los ornamentos sagrados sobre una mesa y comienza á revestirse pausadamente, con objeto de que el que está en el púlpito, tenga tiempo suficiente para leer la explicación de cada uno de ellos. Esto debe hacerse en los dos días primeros; en los restantes, después de las oraciones de la mañana, empieza la Misa, la cual debe celebrarse con más pausa y devoción que otras veces, como advierten los Hortamenta. 63. Durante la Misa, leerá el P. Misionero las ceremonias de la misma, según el método que insertamos en esta obrita, haciendo repetir al pueblo lo que se halla con caracteres más gruesos. Inmediatamente después de la Misa empieza la plática, que no debe pasar de 30 mi- nutos y que ordinariamente ha de versar sobre los asuntos abajo expresados, concluyéndose con un cántico que sepa el pueblo, que puede ser: Corazón Santo. (Cuando las circunstancias no permiten extender este ejercicio por espacio de una hora, la plática se dirigirá durante la Misa).