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y, E rodillas esta jaculatoria, se levanta, pone el ca- pucho, se signa y santigua, y con las manos en las mangas, dice el texto del sermón; y colo- cando después las manos sobre el púlpito, co- mienza el discurso de apertura de la Misión. (*) 43. En este sermón ó plática, que ordina- riamente no debe pasar de media hora, des- pués de saludar á las autoridades, si van en Corporación, y al pueblo, se expone la excelen- cia, utilidad y necesidad de la MisióM, con las reflexiones que tenga por conveniente el Padre Misionero. A continuación, se anuncia, abre- viado y acomodado el siguiente (1) Esta manera da empezar los sermones, debe observarse también en toda otra predicación formal, excepción hecha de la práctica de po- UFrse el capucho, que solo se Usa su 10s seciiones mordeés ue mMisiót Y equivalentes,