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a como hombres de partido. Sepan callar y disi- mular la mala impresión que suelen producir en el ánimo las conversaciones contrarias á nuestro modo de pensar, y vivan convencidos de que es forzoso pasar por alto y hacer que no se ven ni se oyen ciertas cosas para evitar dis- gustos. 35 Recomendamos eficazmente la vigilan- cia y recato necesarios en el modo de hablar de las demás Ordenes religiosas, de los seño- res Obispos y del Clero secular, pues como dice nuestro Seráfico Dr. S. Buenaventura, hay algunos que hablan mal, únicamente para explo- rar nuestro corazón. 36. Cuando la necesidad obliga á hacer el viaje á caballo ó en otro vehículo, los PP. Mi- sioneros se apearán media hora ó un cuarto de hora, según las circunstancias, antes de llegar al lugar convenido para el recibimiento. En este trayecto deben rezar, á imitación de los Misio- neros Capuchinos de Baviera, las Letanías Lau- retanas, tres Amevarías á la Divina Pastora, pidiendo la conversión de las almas que les van á ser encomendadas en la Misión, y por último los siguientes versos: Santa Maria Divini Pas- toris Mater, Ora pro nobis. Ste. Pater nosler >