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3 — cia, piedad, celo de las almas, espíritu de sacri- ficio, buen ejemplo y demás virtudes necesa= rias á un Misionero Capuchino, escribirá al interesado, aceptando la Misión, 5 Siel P. Guardián no dispusiese de Padres aptos para la Misión, ó si ésta revistiese carác= ter de extraordinaria, bien porque haya de darse en ciudades, principales ó Capitales de Diócesis, bien porque los pueblos sean impios Ó existan en ellos centros espiritistas, logias masónicas, escuelas laicas, protestantes, socie- dades biblicas Ó por otras causas, dará cuenta inmediatamente al M. R. P. Provincial 6 á su Vicario, para que en el caso de aceptarla, de- signe dos ó tres Padres aptos de la Provincia. Tan pronto como reciba la contestación á su demanda, la pondrá en conocimiento del señor Párroco ó del que pidió la Misión. 6. En el caso de mediar los inconvenientes ya referidos ú otros semejantes y se tema con fundamento del buen éxito de la Misión, no se aceptará en manera alguna; pudiendo, no obstante, proponer su dilación, para tiempo más oportuno. 7. Cuando la Misión reune condiciones fa- vorables para ser admitida, y el P. Guardián 6

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