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Recibela, pues, de rodillas; y antes que salgas de la Iglesia diá Jesús sacramentado. Aquí os dejo mi cora- zón, oh bien mio: con vuestro permiso me voy á cum- plir con mis obligaciones: da, Señor, á mí y á toda mi familia vuestra santa bendición. ACTO DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN SANTÍSIMA PASTORA DIVINA DE LAS ALMAS ¡Oh purísima Virgen María, Madre de Dios y Madre mía amantísima! Á vos que sois la Reina de cielos y tierra, la abogada, la esperanza y refugio de los peca- dores en este valle de lágrimas, recurro yo en este solemne y para mí feliz momento. Creo firmemente que al pie de la Cruz fuisteis constituida Pastora Divi- na de las almas y me complazco en ser uno de los tier- nos corderitos de vuestro dichoso rebaño. No merecía yo en verdad tan señalado favor; pero Jesús quiso traspasar en mí el derecho que El tenía á vuestro amor y con este titulo de hijo vuestro, vengo hoy á suplica- ros que me mostréisel cariño que profesabais á vues- tro amantísimo Hijo. ¿No véis, Madre mía, cuántos pe- ligros me rodean? ¿Cuántos enemigos me persiguen? ¿Permitiréis que el lobo infernal haga presa de un tier- no é indefenso corderillo vuestro? Yo espero salvarme por vuestra mediación. Os amo, Señora amabilísima, después de vuestro Divino Hijo sobre todas las cosas, y quisiera que todos os amasen y honrasen como me- recéis, Yo por mi parte, para hacerme digno de vuestra protección, y queriendo amaros con todo el afecto de mi corazón, os elijo de nuevo, por Abogada, Reina y Madre mía, y me consagro para siempre jamás á vues- tro santo servicio. Os ruego me alcancéis una ple- naria remisión de mis pecados, imitación de vuestras