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o cumplir con su deber!... Triste cosa es .. mas no es el discipulo más que su maestro, ni el siervo más que su señor. (Matth. XA 24). Si me han perseguido á mit, también os perseguirán á vosotros; como han practi- cado mi doctrina, también practicarán la vuestra, (Joan. XV, 20). Resígnate, pues, é imita la conducta de tu maestro... Jesús calla... se oculta... ruega por los enemigos... deja al Padre celestial que vuelva por su inocencia: el clarificavi, et iterum clarificabo. (Joan. XII, 28). También volverá Dios por la tuya... tén buen ánimo, y sé siervo fiel. ¡Qué sensible sería al corazón de Jesús ver el esca: so fruto de tantas fatigas! Pedro con un solo sermón convirtió más tarde á tres y á cinco mil judios; y Je- sús, después de tantos milagros y de incesante predi- cación, apenas reunió quinientos discípulos... casi todos pobres... los más de ellos mujeres; y aun no en- contró ninguno que quisiera acompañarle en la pa- sión, Ó le ayudara siquiera á llevar la cruz.. ¡Terrible prueba para tí, sacerdote celoso, trabajar mucho y recoger poco fruto! .. Mas no desfallezcas... Jesús no renuncia poreso á su misión... no deja, ni suspende por eso la obra comenzada... Es el cáliz que el Padre le ha dado; lo apura hasta la última gota... así salva al mundo. ¿No le tomaste tú por ejemplar? Es el ca- mino, la verdad y la vida; pues ¿porqué no imitarás tú esa longanimidad?

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