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== -— tives de Marruecos y del Japón, contempla cómo se prepara y se hace digno del martirio el Protomártir de la Propaganda Fide San Fidel de Sigmaringa, pidien- do al Señor en el santo sacrificio de la misa por inter- cesión de la Virgen Santísima la gracia de dar su vida por la fe. Observa su encendido celo por las almas en el ministerio de la predicación, sacrificando su vida por ellas en horrorosas epidemias como la que se cebó en las filas Austriacas, y sirviendo incansable á los enfermos y heridos; no menos que su constancia é in- trepidez en buscar el bien de las almas, subiendo al púlpito aun previendo que sus enemigos le habian de maltratar y darle muerte. Deduce con una breve reflexión las fatigas que un San Lorenzo de Brindis, sobrellevaria en sus excur- siónes apostólicas y en sus especiales misiones reco- rriendo casi toda la Europa, Italia, Alemania, Hungría, España, Portugal, predicando á católicos, herejes, hebreos, á militares, campesinos y á todas las escalas sociales. Recuérdale com la cruz en la mano y expo- niendo su vida, animando á las tropas en la batalla contra los Turcos. Pára tu atención en el espíritu de fervor y de cons- tancia invencible de un San José de Leonisa, que por buscar la salvación de las almas permanece suspenso de un madero por espacio de tres días con una mano y un pie clavados al mismo madero, aspirando al pro- pio tiempo el humo asfixiante que para sofocarle le ponen al pie sus enemigos. Aplica tu consideración á toda la vida de un Beato Angel de Acrio, que es una serie de sacrificios ofreci- dos por las almas, dedicándose toda su vida á este exce- lente ministerio, sin desistir de él á pesar de sus enfer- medades y de su vejez. Ponderá cuál sería su celo, cuando aún con la pierna fracturada en una de sus ex- cursiones, subía al púlpito y predicaba como si estu- viera sano. Aprende de él aquella gracia especial de