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— Y — lipe Neri, que acompañaron á la Gloria á este Santo todas las almas que con su apostólico celo convirtió en este mundo. Ahora bien; si tantos sacrificios se hacen por conseguir los bienes perecederos de esta vida, ¿no te animarás tú á trabajar en tu ministerio si- quiera por enriquecer tu corona? ¿No te preciarás de irá la Gloria con mucho acompañamiento de almas por tí conquistadas que á la vez han de ser tu corona? MEDITACIÓN SEPTIMA Que el Misionero Capuchino debe estimular su celo y avivar su espiritu de sacrificio con el ejemplo de los Santos especialmente de su Seráfico Padre y de otros muchos Santos de la Orden. PRELUDIO: Imagínate que ves á Jesús acompañado de muchos Santos de tu Orden, que se distinguieron por su celo apostólico y que dirigiéndose á tí, te dice: ¿No podrás tú ser lo que éstos fueron? Considera para estimular tu celo por la salvación de las almas y moverte á sobrellevar con mérito los trabajos, privaciones y desvelos inseparables de tu ministerio, los hermosísimos ejemplos de los Santos. Dejando aparte las fatigas de los Santos Apóstoles en recorrer todo el orbe por dilatar el conocimiento y amor de su Divino Maestro é implantar en todas partes la Religión Cristiana; omitiendo el recuerdo de los sacrificios y ardiente celo del Apóstol de las Gentes, que había llegado á desear ser anatema, es decir, ca- recer de la vista de Dios, por salvar las almas de sus hermanos; pasando por alto los sufrimientos y dispo- sición de ánimo de muchos Santos mártires y confe-

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