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E ha ejercido, dice San Crisóstomo. Hoc nostre salutis argumentum erit, si non solum pro nobis ipsis solici- ti, sed et proximo utiles fuerimus, ipsum ad viam veritatis manuducentes. Después de haber asegurado San Ignacio de Loyola que para ayudar á las almas se hubiera quedado en el mundo con peligro de su salva- ción, aunque supiera que muriendo antes ciertamente se salvaria, hubo quien le dijo: «Pero, Padre, no es prudente por la salvación de los demás, poner en riesgo la propia.» A loque respondió el Santo: «¡Pues qué! ¿Dios es acaso algún tirano, que viéndome poner en peligro mi salvación á fin de ganarle muchas al- mas, quisiera después enviarme al infierno?» Refiere el Jitmo. Sr. D. Juan Palafox en una carta Pastoral que intitula Trompeta de Ezequiel, que espantado un ¿Sacerdote devoto de los peligros que observaba en su ministerio, se resolvió 4 abandonarlo; pero no bien había salido de su lugar á este efecto, cuando á los pocós pasos encontró á un hombre venerable que le preguntó: «A dónde vas? Por qué dejas tu ministerio? A qué aspiras? Qué temes?» Conoció el Sacerdote por disposición divina que era el gran San Juan Bautista su Patrono, y arrodillándose le contestó: «Huyo delos lazos y peligros de este oficio.» Y entonces el Santo replicó: «Trabajos y peligros hay, pero á ellos suceden estas coronas; mira al cielo.» Abrió en efecto los ojos y vió tantas coronas como acciones había ejercitado en favor de las almas; por lo cual, confundido, pidió perdón de la resolución que tomaba y prosiguió des- de entonces con mayor fervor en el ministerio de la salvación de las almas. Después de esto, ¿dudarás de la especial protección con que el Señor favorece en sus ministerios á los Sacerdotes que, animados de ver- dadero celo, trabajan por la salvación de las almas? ¿Te parece será arriesgar tu salvación el procurar con celo la de tus prójimos? ¿No confiarás en Jesús, que es más equitativo y generoso que todos los hombres?