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— Ya tos de la Orden y otros que exciten devoción del pueblo, como es costumbre en Roma y en otros muchos lugares. Se advierte que en las Iglesias no pueden colocarse cuadros que no sean al óleo, Ó á lo menos pegados á una tela; y fuera del Via-Crucis, el cual no debe faltar en ninguna de nuestras Iglesias, no conviene usar para los cuadros simples estampas, sino pinturas al óleo, ó siquiera oleografías pegadas á una tela. Di- chos cuadros grandes y pequeños pueden tener sus adornos convenientes como radios, nombre de María, etc., de color bronceado ú otro que dispense de todo dorado, lo cual sería impropio de los Conventos de la Orden Capuchina. 211. En todas nuestras Iglesias, en cuanto lo permite el lugar, ha de haber un altar consa- grado á la Inmaculada Concepción, como Patro- na de toda la Orden; otroen la capilla mejor ó el lugar más conveniente, dedicado á la Divina Pastora; otro á N. P. San Francisco y otroá Ntra. Madre Santa Clara. En cuanto sea posible no debe faltar tampo- co el altar ó Imagen del Sagrado Corazón de Je- sús, al cual toda nuestra Orden está consagra- da, y del gloriosísimo Patriarca San José, con algunos de Stos. canonizados de nuestra Orden. Art. 2."—Coro 212. Los Coros han de ser modestos, devotos y arreglados de tal modo, que no perjudiquen á la salud de las religiosas: por tanto han de estar entarimados y tener una reja ó celosía bastante ancha y bien dispuesta para que todas puedan ver al Sacerdote cuando celebra. Tenga dos puer- tas con cortinas oscuras para el tiempo caluro- so, en que conviene dejar las puertas abiertas; y además dos ventanas bastante grandes para la ventilación del Coro. Debe haber también una hermosa imagen de María Santísima, con su ni- cho ó altarcito para velas, flores, etc., para can=