BCCPAM00R02b-5-22000000000000

e corresponder á los bienhechores, etc., etc. 2.* Lo que hagan [ss novicias, que sea con conocimien- to y plena aprobación de su M. Maestra, y lo que hagan las jóvenes, con la aprobación de la Ma- dre Abadesa, para que nose quebrante lo que dicen las Sagradas Constituciones Cap. XVII: «Y cualquiera hacienda que se hubiere de hacer, se presente primero á la Abadesa, y sin su volun- tad y beneplácito no se haga etc., elc.» Sin em- bargo, para que el obsequio resulte más grato por la sorpresa, puédense ocultar algunos deta- lles, como por ejemplo: si una pide á la Madre licencia y tela para hacer unos Purificadores y le sobra para hacer además alguna Pália, ó si con el material que le dan para una cosa, con su industria y trabajo saca dos, en estos y otros ca- sos parecidos no necesita nueva licencia, 185. Ante todo evítese en estas cosas toda emulación por pequeña que sea, toda disipación y perdimiento de tiempo, y para que resulte un obsequio filial y seráfico, sea humilde y de co- sas pequeñas. Pero se advierte que esto es sólo y únicamente para la M. Abadesa; nunca para la M. Vicaria, M. Maestra ni para ninguna otra por anciana y respetable que sea. 186. Cuando las jóvenes cumplen siete años de hábito quedan dispensadas de este homena- je, aunque á ninguna se le prohibe obsequiar á su Madre (si sus ocupaciones se lo permiten), siempre que sea en las condiciones expresadas. 187. En el refectorio se derraman flores por las mesas como en las grandes fiestas y la re- creación es de 2.* clase. 188. En la fiesta de la M. Vicaria, M. Maes- tra y Madres antiguas (como tales se consideran las tres que ocupan la mesa de la testera y las que han sido Abadesas), se les felicita con un abrazo al salir del desayuno, pero procurando sea con pocas palabras Ó casi en silencio; por- que la recreación no entra hasta el medio día. Para que todas lo recuerden, puede decir la Ma-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz