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a ' tre tanto las cantoras siguen cantando el Gloria, pero dirigiéndose ya hacia el Coro. Llegadas allí, la Superiora coloca al Divino Niño en las pajas, y todas descalzas, y con los velos de co- mulgar, van pasando una por una y le adoran postradas. En concluyendo, la Superiora toma al hermoso Niño y le pone en la cunita, las Sacris- tanas recogen las pajas, tapete, candeleros, et- cétera y tudas se quedan en el Coro preparándo- se mientras se hace el último toque. 163. Enlos Maitines, que principian á las diez y media, se canta el Invitatorio, el Himno y todas las Lecciones con mucha solemnidad (véa- se Ceremonial n.* 109), así como la Misa, y en ella comulgan las religiosas. 164. Después de Laudes se repite la festiva procesión, se iluminan de nuevo los corredores y con música y Villancicos, se lleva al Divino Niño (en brazos de la Superiora) para obsequiar- le en el Belén preparado en la sala de labor. 165. Este día la Comunidad se levanta por la mañana á las seis menos cuarto. 166. Desde Navidad, hasta la Epifanía inclu- sive, todos los días por la tarde, después de la lectura, se dispensa el silencio en la sala de la- bor y se adelanta una hora el Coro, con el obje- to de que las religiosas tengan hasta las ocho menos diez minutos, un rato de recreación con el Divino Niño Jesús. Después de la cena ó cola- ción, del examen é Indulgencia, la M. Abadesa dice: Vamos á obsequiar al Niño Jesús.—Con es- tas solas palabras ya se expresa cuán especiales son estos recreos instituídos para que se enfer- voricen en el amor del Divino Niño, tributándole obsequios y agradeciendo así la inmensa ternu- ra y misericordordia infinita con que por nues- tro amor, se humilló hasta el extremo de hacer- se Niño y nacer en un humilde portal. En esto deben procurar las religiosas ser muy verdade- ras hijas de los Seráficos Padres San Francisco y Santa Clara, que ante el Pesebre de Belén,