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is 89 en cuyos días, al mediodía, se ha de dar plato de caridad y algún postre. Los jueves de estos quince días, porla tarde, en la sala de labor, después de lener un cuarto de hora de lectura espiritual á propósito para servir de base á la conversación, se dispensa el silencio hasta las cinco. Más los días festivos que ocurren en la misma época, tanto después de comer hasta la una, como el rato de la tarde, si se encuentran dos, tres Óó más Religiosas en la huerta, visitan- do á lasenfermas ó en las oficinas, pueden ha- blar lo necesario y conveniente sin estar de ro- dillas. Pero esto ha de ser con voces moderadas, sin bullas ni risas que desdicen; porque el re- creo propiamente dicho, es cuando la Comuni- dad está reunida, y esto de permitirse hablar así, sin estar de rodillas, es interpretando lo que dicen las SS. Constituciones al fin del capí- tulo XVII: «Mas para huir de la ociosidad, el consuelo ó divertimiento que podrán tomar, será que cuan- do se hallaren dos ó tres juntas y no fuere lugar ú hora de silencio, hablen siempre unas con otras de Dios, ó de las vidas de los Santos y San- tas, y de las cosas tocantes á la salud del alma, 6 de negocios útiles y honestos, huyendo de pa- labras vanas», etc., etc. De manera que esto no es para siempre que estén juntas, porque el si- lencio obliga de continuo, sino para esos días especiales en que se permite hablar sin arrodi- llarse. Ni se ha de entender tampoco que esto sea para aquellas horas en que la Comunidad está reunida para la recreación, ya sea al mediodía, por la tarde ó en las recreaciones de primera clase; y por eso, en tales ocasiones, tanto las que lavan los platos después de comer, como las que tienen cualquiera otra ocupación, lo harán en silencio, procurando desocuparse cuanto an- tes para ir á recrearse en unión con las demás. 103. También se advierte que así como en

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