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sm 48 sas 90. 3.* Za Cruz acuestas.—Sin quitarse el velo (pero sí el manto) se pone encima de él la corona de espinas, el cordel y, sobre el hombro izquierdo, la Cruz. De este modo se coloca, como se ha dicho en las anteriores, á la entrada del refectorio. Al ir pasando las religiosas, puede pedirles alguna oración, diciendo: Ya haran ca- ridad de un De profundis por las benditas almas del Purgatorio, d una Ave Maria por los que estén en pecado mortal, ó por una necesidad, etc. Cuan- do la Superiora hace señal, entra andando de rodillas por medio del refectorio; á los pocos pa- sos se detiene, una de las jóvenes se levanta y le toma la Cruz para que se postre, poniéndosela después encima. Al dar y tomar la Cruz, una y otra la besan. Estas postraciones son en reve- rencia de las tres caídas que dió Nuestro Señor con la Cruz. Cuando llega al centro del refecto- rio hace la segunda, y la tercera á los pies de la Superiora. En esta última pide perdón en la for- ma que se ha dicho cuando se han de besar los pies, (número 81). Oída la exhortación de la Madre, se levanta, toma su Cruz y sale á dejarla en su lugar, así como la corona y soga, volvien- do después como las anteriores, etc. 91. 4." La Crucifi«ión.—Quitado el manto y el velo y puesta la corona de espinas, se pone una Cruz (de las que tenemos colgadas en las celdas) por la espalda sujeta en el cordón, y le- vantando los brazos, se apoyan las manos en la extremidad de los brazos de la Cruz. En esta for- ma está cuando la Comunidad entra en el refec- torio, y hace todo como las dos primeras. 92. 5.* Vía Crucis.—Los Viernes de Cuares- ma, en el Vía Crucis que practica la Comunidad después de Completas, una de las jóvenes (pre- via la licencia de la Superiora) quitado el manto, se pone corona y cordel al cuello, y en esta for- ma, en pie, está detrás de las Acólitas, en la pri- mera estación. -En la segunda, debe estar prepa- rada la Cruz, y una de las que van más próxi-
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