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=Z 40 —= quita el manto, se queda arrodillada en su pues: to con las manos metidas en las mangas, y cuan- do se hace la señal para desdoblar las servilletas, besa en tierra, se levanta, va hacia la mesa de la testera y postrándose delante de la Superiora, con verdadero afecto y reconocimiento salido de lo interior de su corazón dirá: Madres y herma- nas mias, por amor de Dios pido á Vuestra Reve- rencia y vuestras caridades, me perdonen mis ma- los ejemplos y escándalos; y en particular ta falta que he tenido de humildad... de sumisión... pun- tualidad, 6 lo que sea. (Si la penitencia es por devoción, puede decir: y en particular mi mu- cho amor propio, 6 mi soberbia, mi mal genio, poco respeto á las mayores, etc., etc.,) que yo pro- pongo la enmienda con la ayuda de Dios Nuestro Señor, Maria Santisima Nuestra Madre, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara. 82. A este acto, siempre que se pueda, sigue el de besar los piesá la Comunidad; pero si la Superiora quiereantes hacer alguna reprensión, especialmente cuando la penitencia ha sido im- puesta, la penitente seguirá postrada hasta que la Madre cese de hablar. Después, se levantará, y con las manos juntas le hará una inclinación mediana, se pondrá de rodillas y le besará los pies; luego irá prosiguiendo á la derecha de la Superiora, ejecutando lo mismo con cada una y concluído este lado pasará al otro. En habiendo besado á todas, se arrodiila en medio del refectorio y dice profundamente incli- nada: Sea por amor de Dios. Si son dos las que besan los pies, después que una pide perdón es- pera ú que pida la otra; luego besan, una des- pués de otra, á la Superiora, y prosiguen, la ma- yor por la derecha y la otra por la izquierda. 83. Y se advierte que las Hermanas, cuando la penitente llegare á besarles los pies, despren- den la servilleta y se ponen en pie algo inclina- das con las manos juntas y en besándoselos se

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