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E. en particular... las demás permanecen solamen- te arrodilladas. Luego, la religiosa que precede á la más joven, inclinándose profundamente añade: y en particular me acuso de... como la primera, y así sucesivamente hasta que, habien- do dicho todas su culpa, la M. Abadesa da una penitencia común diciendo: Recen todas un Pa- ter y Ave, ó una Salve. 61. Si después que una ha dicho su culpa, la Superiora le da alguna reprensión, ha de per- manecer y escuchar postrada las palabras de la Prelada, y si ésta habla en general á la Comuni- dad, todas inclinan la cabeza en señal de obe- diencia y respeto. Cuando termina de hablar, besando en tierra dirá: Sea por amor de Dios, Madre. Esto se entiende cuando es alguna ad- vertencia Óó reprensión particular, porqueá la exhortación general que las Superioras hacen en el Capítulo de los sábados, todas están arro- dilladas. 62. Las penitencias extraordinarias impues- tas en los Capítulos, se hacen después de la ben- dición de la mesa. Cumplida la penitencia dicen: Sea por amor de Dios, besando la tierra, se le- vantan toman el manto y van á su lugar. 63. La religiosa de menos de siete años de hábito, que ha faltado á algún ejercicio de Co- munidad ó que ha llegado tarde al mismo, como también la que ha roto algún objeto quebradizo, irá á la celda de la M. Abadesa si es profesa, Ó á la de la M. Maestra si es novicia, donde arrodi- llándose dirá: Madre, digo mi culpa que he falta- do d llegado tarde y. g. d visperas, ó que he roto tal cosa; y, recibida la penitencia, que suele ser un Pater y Ave (y por extraordinario otra mayor, cuando la religiosa es descuidada y negligente en tales defectos) se levanta y vuelve á su celda ú ocupaciones. Si en la celda de la Superiora hay alguna religiosa cuando va otra á decir su culpa, no debe decirla, solamente le besará la mano arrodillándose y diciendo Benedícile, y no 3
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