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e 345— nova prole feecundas: concede propitius, ul per ejus vestigia gradientes, aeternae gloriae clari- tatem consequi mereamur. Omnes Sancti tui quaesumus Dómine, nos ubique adjuvent, ut dum eorum merita recóli- mus, patrocinia sentiamus. Per Christum Dómi- num nostrum. R). Amén. Y acabado todo lo dicho, la Maestra de la No- vicia la llevará para que abrace á todas las Mon- jas, comenzando desde la Abadesa. Después de abrazadas todas, volverá á la reja, y arrodillada, el Sacerdote que la hubiere asistido, le pondrá otro nombre, óle confirmará el que ya tenía: también, si quiere, le podrá declarar los grandes misterios y significaciones de las cosas y cere- monias hechas, principalmente del cortar los cabellos, la mudanza del hábito y trocar de nom- bre. Finalmente, el mismo sacerdote la enco- mendará á la Maestra, para que la enseñe, co- mo está dicho en el capítulo segundo de las pre- sentes Constituciones. 389. PROFESIONES.—Para la profesión, el velo negro cubierto de flores, ha de estar sobre el Altar durante la santa Misa. Todo se hace con la misma solemnidad que se dijo para el entrá- tico. Después de la Misa, lo primero es la pláti- ca, luego reciben todas de las sacristanas las ve- las encendidas, y la novicia, arrodillada delante dela reja, contesta con voz clara y firme á las preguntas que le hace el Sacerdote, según las SS. Constituciones y son las siguientes: Hija, ¿queréis hacer la profesión? ¿Habéis bien pensado lo que queréis hacer? ¿Sabéis y habéis probado lo que habéis de prometer? ¿Tenéis in- tención y propósito de cumplir lo que habéis de prometer, mediante la Divina gracia? ¿Hacéis es- ta profesión libremente, sin alguna violencia? ¿Tenéis la edad de los diez y ocho años? ¿Queréis más tiempo para probar y pensar lo que habéis Ss prometer? Y algunas otras semejantes pala- as.

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