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e —— y Pp — 386— al adorarla dirán (cada una para sí): Per inter= cessionem S. P. N. Francisci Confessoris liberet nos Deus ab omni malo, Amén. (1). ns CAPÍTULO IX Entráticos y profesiones 381. Para los entráticos (y lo mismo para las profesiones), se adorna la Iglesia y el Altar, como en las grandes solemnidades. 382. Después que la aspirante ha hecho sus meses de probación y ha sido por la Comunidad aprobada para ingresar en la Orden, habiéndo- se preparado con la confesión general de los ' pecados de su vida pasada y la Sagrada Comu- nión, saldrá de la clausura, y vestida de toda gala (como el Seráfico Padre se lo ordenó á N. M. Santa Clara), asistirá á la Santa Misa, te- niendo uña vela encendida en la mano y á su lado una señora que le acompaña y hace de ma- drina. El santo hábito, atado con el cordóny puesto en un azafate grande cubierto de flores, ha de estar delante ó á un lado del Altar durante el Santo Sacrificio. A la misa, aunque sea reza- da, se le ha de dar toda la solemnidad posible con acompañamiento de armonium y cánticos sagrados. 383. Concluida la Misa, el Sacerdote revesti- do de capa pluvial y los parientes ó conocidos de la aspirante, (que ha de ir con la vela en la mano), le acompañan á la puerta reglar. AUÍ estará esperando la Comunidad en ordenada procesión y con velas encendidas en las manos. La que lleva el Crucifico y las dos de los cande- (1) Si este acto hubiera de hacerse públicamente oficiando algún Sacerdote, en el Ceremonial latino está todo lo que debe hacerse. »

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