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00 de 332. La sacristana cuidará con suma solici- tud las Formas que se han de consagrar, sean grandes sean pequeñas, y las debe limpiar de las partículas que suelen tener adheridas, á fin de que no se caigan y se pierdan después de consagradas. 333. Para el santo Sacrificio de la Misa (co- mo ya se ha dicho) se requiere, además del pan de trigo, vino de vid fermentado y no mosto, claro y no corrompido ó ácido. Todo otro licor por ejemplo, el confeccionado con la destilación de manzanas prensadas ó de otros frutos, es materia ilícita 6 inválida; pero el vino que prin- cipia á estar agrio Óó á corromperse, es cierta- mente materia válida, pero gravemente ilícita. 334. Se ha de preferir, para celebrar el santo Sacrificio de la Misa, el vino blanco al negro (6 colorado), no por lo que afecta á la licitud ó va- lidez del santo Sacrificio, pues siendo de vid son igualmente válidos, sino por razón de mayor limpieza de los purificadores. 335. El agua que en el santo Sacrificio de la Misa se mezcla con el vino, debe ser muy poca en cantidad y natural, pura y limpia respecto de la calidad. 336. Para mejor distinguir el vino del agua y por artículo de mayor limpieza, mandan las Rúbricas que las vinajeras sean de cristal y de ningún modo de plomo ó de otro metal común. Se permiten, sin embargo, las vinajeras de oro, plata ú otro metal precioso; pero son poco con- or al estado de pobreza propio de nuestra rden.

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