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— 217— 111. La Hebdomadaria ha de empezar el ofi- cio ni demasiado alto, ni demasiado bajo, sino en un tono de voz medio y grave, ul que todas las demás sin precipitación seguirán, como di- cen las Constituciones, dando la consideración á las que dotadas de más voz sostienen el coro, de tal manera que al final del canto se tenga el mismo tono con que empezó. Si alguna vez por haberse bajado mucho tuviera que elevarse, esto lo hará solamente la Madre más digna que haya en el Coro ó la encargada por la Superiora. 112. Las Vísperas siempre se cantan en un tono más alto y solemne, igualmente que Maiti- nes y Laudes de ciertás solemnidades. La antí- fona final de la B. V. María, se ha de decir siem- pre en tono grave. 113. En el canto de los salmos se ha de aten- der á la brevedad y longitud de las palabras y sílabas, no sea la última más larga que las de- más sino solamente más que la penúltima, v. gr.: no se ha de decir Dixit Dóminus Domino méo, sede dá dextris méis, sino meo y meis; y en la mitad de los versos donde está el asterisco se ha de hacer pausa. 114. En los versículos y responsorios en los cuales el lugar ó pausa es dudoso, se ha de guardar la siguiente regla: la parte primera del responsorio sea más breve que la segunda, v. gr.: Dómine * dilexi decorem domus tue.— Constituit eum * Dóminum domus suce. Pero se ha de evitar el que se tuerza ó adultere el sentido. mento son por la tarde, como sucede durante la Octava del Cor. pus Christi, los tres días de Semana Santa y cuando hay Cuaren- ta Horas, La contestación ha sido en estos términos: «Pueden continuar cantando solemnemente los Maitines y Vísperas en los días que ban señalado, sin que por esto se falte en nada al espíritu Capu- chino, pero será mejor que el canto se conforme á lo prescrito por la Iglesia 6 sea canto Gregoriano, si pueden fácilmente, en vez de canto llano, Esto se entiende en los días que indican»,

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