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— 273 — 94. Además, cuantas veces se recen por or- den de la Superiora uno ó más Pater y Ave, des- pués de las súplicas hechas por alguna nece- sidad. 95. Seextienden igualmente los brazos cuan- do se reza en el Coro la Estación para ganar In- dulgencias Ó se reza el Padre nuestro por los bienhechores y cuando se reserva el Smo. Sa- cramento (véase núm. 88). 96. Es muy bueno usar frecuentemente esta práctica también en privado, para conservar en nuestra Orden la antigua costumbre de orar en Cruz, que á Dios es gratísima. 97. Pero la extensión de los brazos no ha de serexcesivamente larga, niexcesivamente corta, sino moderada, modesta y devota; la cual de- muestre que el alma está imbuída en la contem- plación de la Pasión del Señor y llena de divina caridad para Cristo. Por tanto, los brazos han de estar extendidos de tal modo, que los dedos de las manos estén á la altura del vértice de la ca- beza. IX.—De los golpes de pecho 98. Las que rezan el Confiteor, tanto en el Oficio como en la Misa y en cualquiera otra oca- sión, se dan tres golpes en el pecho cuando se dice tres veces, mea culpa: igualmente á las pa- labras nobisque remissio, etc., en el Sacrosante. En la Misa, en ambas elevaciones; al Nobis quo- que pecatoribus; en el Agnus Del, tres veces con el Sacerdote, al miserere nobis, y finalmente, tres veces al Dómine non sum dignus. 99. Según antigua práctica de nuestra Or- den, también se golpea el pecho al primer Pro- pilius esto y al Peccatores en las Letanías de los Santos; á los tres Agnus Det, en las mismas y otras Letanías y al Refugium peccatorum en la Letanía Lauretana. 100. El golpe de pecho que se hace con la mano derecha abierta, extendida y los dedos 18
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