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ZAS — prudencia, discreción y caridad de la M. Abade- sa, la que como Madre debe velar siempre para aliviar á sus hijas, sin detrimento de la regular observancia. 626. SUFRAGIOS.—Las Capuchinas españolas tienen establecida santa hermandad de sufragios mutuos: por cada una de las Religiosas falleci- das, ofrecen de Comunidad tres días de obser- vancia, con las Comuniones, Misas, etc., y de- más en particular, lo que á cada una le dicta su devoción. Por esto al punto que muere una reli- giosa, la Superiora dicta una cartita para anun- ciar el fallecimiento, dando en breves líneas no- ticia de las circunstancias edificantes sobre la vida y muerte de la súbdita. Dicha cartita se hace copiar inmediatamente á las jóvenes ó ma- yores, para que en el más próximo correo sal- gan tantas cartas cuantos son los Conventos de Capuchinas: la caridad pide esta urgencia, y to- das deben procurar aplicar los sufragios lo más pronto posible, después de recibida la noticia del fallecimiento; pues sería una verdadera cruel- dad dilatarlo, aunque fuera poquísimos días. 627. Por cada difunta en el Convento propio, se hacen los funerales todo lo mejor posible, se- gún tengan establecido, se le mandan celebrar por lo menos 50 Misas, tres días se le canta el Oficio de Difuntos en el Coro, se le aplica un mes toda la observancia; cada una reza en particular 50 Padre nuestros con Requiem wlernam: las co- ristas tres Oficios cumplidos de Difuntos, y las hermanas legas,.100 veces el Padre nuestro y Otras tantas el Ave Maria. Todo el año, cada día, se reza en Comunidad el De profundis. Además, para salisfacer por los defectos que el alma haya podido tener en el Oficio Divino, se reza todo el Salterio, en la forma siguiente: El día que dispo- ne la Superiora, lo primero se ofrece en el Coro y se dice el primer Salmo y luego se prosigue en la sala de labor. Una religiosa dice los Sal- mos y á cada verso van contestando las demás

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