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que cuanto más se descuida, tanto más va en aumento: de modo que la religiosa que de novi- cia no es aseada, menos lo será cuando profesa, y siendo en esto descuidada cuando joven, lle- gará cuando anciana á ser repugnante. 604. La ropa interior se lavará todas las se- manas: pero los hábitos se lavarán cuando fue- re necesario, quitando además siempre que con- venga las manchas del cuello y bocamangas, con un poco de alcalí mezclado con agua, ú otra sustancia. Todas tendrán marcada la ropa de su uso, á fin de que no se confunda con la de otras. En las cuerdas y rosarios se guardará la mayor uniformidad, siendo aquellas de lana gruesa sin elegancia, y estosencadenados y de color amari- llo oscuro, con una Cruz del mismo color y una medalla con las imágenes de María Santísima y N. P. San Francisco; y de ningún modo se permitan otras medallas en los rosarios, ni el tener enlazada con ellos la coronilla. 605. A cada religiosa se le concederán dos túnicas, dos hábitos (estando uno de ellos en la ropería), y dos pares de alpargatas; cuatro ó seis pañuelos y más si los necesitase, y dos velos negros, uno pequeño y otro más grande para comulgar y cubrirse el rostro en las ocasiones que suelen ofrecerse. 606. Tendrán cuidado las religiosas de la- varse bien todas las mañanas, y si tienen las manos manchadas con alguna sustancia que no se quita fácilmente con el agua sola, usen también de jabón y no pretendan con pretexto de pasar por amantes de la pobreza, ofenderla más; porque la suciedad que no se quita al la- varse, aparece después en los paños de manos, en los libros que manejan y lo.que es peor en las labores y ornamentos sagrados. Procuren limpiar los hábitos cuando tengan alguna mancha, como encargaba nuestro Será- fico Dr. San Buenaventura: y para evitarla en cuanto se pueda, las que tienen oficios manua- 0 $ ,

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