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todas. Si han de hablar á alguna, ha de ser en voz tan baja, que casi sólo la perciba aquella con quien se habla, y cuando hubieren de alar- gar la plática, busquen otro sitio. 602. Andando por los dormitorios ó subien- do alguna escalera, siempre han de ir junto á la pared llevando la derecha, para evitar el encon- trarse con otr as religio sas; y de este modo no se estorbarán, aun que.la una vaya y la otra ven- ga. Si es de noche y se anda por algún lugar os- curo, lleven también las manos dentro de las mangas, pero levantadas hasta la cara, á fin de que no se dé de ojos con alguna esquina, pared ó con alguna religiosa. «Cuando se encontraren las profesas salúden- se inclinando mucho la cabeza (6 sea con incli- nación media) y lo mismo harán las Novicias entre sí. Pero cuando pasaren cerca de las pro- fesas, besarán en tierra y harán las profesas una moderada inclinación.» Para saludarse se para- rán un momento y la más joven dirá: Ave María Purisima. La saludada responde: sin pecado con- cebida: pero se advierte que si alguna, por ir muy recogida en su interior, ó quizá muy ocu- pada, no saluda ó no contesta al saludo, no ha de insistir la otra en repetirlo hasta que le con- teste, siga su camino, cada una cumpla por sí con lo que debe y respete y juzgue muy bien de la distracción de su hermana. Y sucediendo que en esta ocasión la Prelada reprenda ó corrija alguna joven que pasa junto á ella, se arrodillará, y con las manos juntas esperará á que esté concluída la reprensión; y en tal caso no se excuse ni responda cosa en su fa- vor, pero si la que le reprende ó corrije le pre- gunta la causa, responderá con toda humildad y brevedad. Oída la reprensión besando en tierra dirá: Sea por amor de Dios, Madre. . 603. No hay cosa más repugnante á la so- ciedad ni tan perjudicial al individuo como la falta de aseo y limpieza, y la experiencia enseña

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