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Zo Cuando llamaren con dos ó tres golpecitos, la llamada responda: Ave Maria Purísima. Si lla- mada por tres veces no respondiere, es señal que no está en la celda ó que tiene ocupación que no le permite responder. Por esta razón no le es lícito á la religiosa que llama abrir la puer- ta y menos entrar sin licencia. 599. Es vicio muy repensible poner letreros en los libros y escribir en las paredes ó mesas. Los libros ordinariamente los han de cerrar cuando salgan de la celda y dejarlos bien com- puestos: merece estar privada de libros, la que no los trata bien. En las celdas no se permitan, ni aun á las ancianas, cosas supérfluas ó dema- siado curiosas; no tengan en ellas olores, ni frutas, bajo ningún pretexto por ser impropio de religiosas, y dañoso para la salud, dado el pequeño volumen de aire que contienen nues- tras celdas. 600. Como ya se dijo, nunca duerman con la ventana y puerta abiertas, aunque los calo- res sean excesivos; lo más que se acostumbra en tiempo de verano es abrir la puerta como un palmo. Cuando salen de la celda, dejarán com- puesta la manta y en tiempo de verano es bue- no que abran puerta y ventana para que se ven- tile. Cuando vuelven á la celda por la mañana, después de haber rezado el Ave María, doblarán la manta y la acomodarán con curiosidad. 601. La disciplina regular destierra de los dormitorios cuanto ofende al silencio de pala- bra y de obra, en todo tiempo y á todas horas. En ellos no se permiten conversaciones, aunque sean buenas; ni el gritar ó levantar la voz para llamar alguna. No sufre esta ley del silencio el pasearse con molestia de las demás, ni el correr en ellos como muchachas, ni el hacer ruido con los pies ó con el hábito, que deben levantar algo en las horas de silencio para que no se perciba el ruido de la ropa. Ningún género de estruendo se debe tolerar, porque es ofender la quietud de
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