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— 299— sus bocas sean loables, útiles y provechosas, como es bien que hablen siervas de Dios y obser- vadoras del Santo Evangelio». (SS. Constitucio- nes, Cap. XI). 587. Al principiar á saludar sus primeras pa- labras sean: Ave María Purísima. Si son muchas las que están en la reja, lleven cuidado, sobre todo, de no hablar dos ó tres á la vez y de no estar las demás cuchicheando entre sí, que es vicio de monjas y hace mal efecto á quien lo está observando. Atiendan á la conversación general y así estarán prontas para contestar con opor- tunidad si algo se les pregunta. Cuando las es- cuchas avisan que se ha cumplido la media ho- ra, no corten bruscamente la conversación, den lugar que quien habla termine lo que dice y lue- go, con educación, despídanse con brevedad. 588. Lo que dicen las SS. Constituciones de que traiga licencia del Ordinario del Lugar el que quisiere hablar á la reja ó locutorio, ha de entenderse cuando la visita sea extraordinaria, ya por durar más tiempo que el señalado en la misma Constitución, ya porque se haya de abrir la lámina Óó levantar el velo alguna religiosa; pero para las visitas ordinarias, que se hacen en el tiempo y forma prescritas, puede la Superiora permitirlas según su discreción y prudencia. 589. Durante las fiestas ó ferias de la pobla- ción, no se deben permitir visitas ni huéspedes, para evitar la aglomeración y barullo que en tales ocasiones suele haber. CAPÍTULO II Espiritu Seráfico, religiosidad y unifor= midad 590. ESPÍRITU SERÁFICO.—Siendo este cuarto libro una como recopilación de lo que se ha dicho en los anteriores, no estará de más que

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