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— 228— Evítense aquellas muletillas con que algunas andan en la conversación: ¿Cómo estamos? ¿Está V.? ¿Entiende V.? En el estilo no se deben usar frases rebusca- das y estudiadas, echándolas de doctora, como quien escupe sentencias: pues esto es pedantería y arguye poco talento y menor humildad. Las comparaciones siempre son odiosas, y así, hay que andar con cuidado en apreciar el mérito de ésta Ó de aquélla. Delante de otra no se debe nunca hablar mal de su tierra, pueblo ó familia, aun cuando la familia fuese notoriamente re- prensible. 586. VisITAS.—En las visitas que se reciben en el locutorio, procúrese cumplir exactamente cuanto disponen las SS. Regla y Constituciones, donde todo está muy bien previsto: no hable nunca ninguna sin las correspondientes escu- chas (á no ser con el P. Director por cosas de conciencia) y observen con cuidado todas las reglas de urbanidad que dejamos consignadas en los números anteriores. Rarísima vez se per- mitirá el que salga al locutorio toda la Comuni- dad; sólo puede esto permitirse en casos muy especiales, como por ejemplo si es algún Prela- do, algún insigne bienhechor, algún Padre de la Orden, ó cosa semejante, á juicio de la Prelada. En otras ocasiones, aunque sean personas de distinción, pueden hacer el obsequio las Supe- rioras y alguna ó algunas de las Discretas. Evi- ten también el comunicar á seglares, y aun á sacerdotes, las recreaciones que en algunas épo- cas del año tienen entre sí; porque hay muchas cosas que están bien en Comunidad, pero referi- das, no son de edificación para los que sólo ven lo exterior. «Y todas las Sorores sean exhortadas y las encargamos en el Señor, que cuando suce- diere que alguna Soror haya de hablar en el Lo- cutório ó Reja, en todo caso se guarde de con- versaciones largas, inútiles, vanas y mundanas, antes bien todas las palabras que salieren de

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