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e A — 299— 572. Luego que caiga el despertador, la des- pertadora, antes de todo, vaya á ver el reloj de la Comunidad, pues sucede algunas veces caer an- tes de tiempo ó andar mal. Cuando alguna reli- giosa le dice que la despierte, pondrá cuidado y lo hará al pasar la trócula ó antes. Si alguna re- ligiosa antigua se hallase indispuesta y le dice que avise á la Superiora, luego que ésta sale de la celda ó entra en el Coro, se lo dirá; pero á las que no han cumplido siete años de hábito, no les es lícito enviar recado; mas deben llegar ellas mismas, previniéndose con tiempo á no ser que la indisposición fuese algo fuerte, Tenga presen- te la despertadora que á media noche, cuando va á ver el reloj del Coro para tocar á Maitines, debe llevar cerillas, por si estuviese apagada la lámpara del SSmo., en cuyo caso debe encender una luz inmediatamente, pues á todas toca mi- rar por las cosas del culto divino, y éste es uno de los actos de religión. 573. Procure la despertadora con toda dili- gencia y celo, la vigilancia y cuidado en el cum- plimiento de su obligación, pues de ella depende el buen régimen y arreglo de toda la Comunidad; y si á todas horas debe ser puntual, á la hora de Maitines debe ser puntualísima, porque de lo contrario se siguen gravísimos inconvenientes: pues además de ser causa de que no se digan las Divinas alabanzas á su hora, ocasiona grande admiración á los seglares, quienes muchas ve- Ces esperan oir nuestra campana para gober- narse ó dar alguna medicina á los enfermos, et- cétera. Velen sobre este punto con solicitud las Preladas, y hagan que la despertadora cumpla con su oficio: no la cambien fácilmente, pues mudando con frecuencia las despertadoras, nun- ca habrá orden, y echarán á perder el reloj. Por esto no conviene encargar este ministerio á las que tienen el sueño muy pesado, y que no sue- len ser exactas, por más que tengan buena yoluntad. q$€-_--_-_—_————-

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