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CAPÍTULO XHI Refitolera 549. El buen orden exige que en cada Con- vento haya una religiosa encargada de velar por todo lo que se refiere al servicio del refectorio. La refitolera puede ser corista ó lega, y debe le- ner y practicar juntas estas cuatro virtudes: po- breza, caridad, justicia y limpieza; pero sobre todo debe ser caritativa, considerando que sirve á una Comunidad religiosa que, aun en el refec- torio, como enseña Dionisio Cartujano, asiste Dios con asistencia especial. 550. Debe tener la cánova cerrada con llave, como también los diferentes armarios y cajones donde están las provisiones para la mesa, y abrir y cerrar las ventanas según el tiempo, para que el refectorio esté bien ventilado. Debe tenerlo todo muy limpio y si al levantar las me- sas quedase algo fuera de su lugar, lo ha de arreglar después para que esté siempre todo con mucho orden y aseo. Todas las veces que la Co- munidad va al refectorio, á la refitolera toca abrir las puertas, encender las luces y tenerlo todo muy á punto. También le corresponde el tomar los platos para las que llegan tarde y ser- virlas, y el levantar la mesa, limpiarla y quitar los trastos, todas las veces que alguna religio- sa coma fuera de las horas de Comunidad. 551. La comida, aun particularmente, se ha de servir siempre en la tabla grande ó pequeña; y para esto, además de las tablas de Comuni- dad, ha de haber una ó más tablas que puedan contener la comida de una ó dos religiosas; por- que no es decente tocar con los dedos los bor- des de los platos que se sirven. 552. Está obligada por caridad, sobre todo durante el estío, á no sacar el agua destinada para el refectorio sino pocos instantes antes de
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