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—< Y8 má ser que haya peligro de muerte próxima, porque entonces, omitiendo las oraciones, se le admi- nistrará inmediatamente á la enferma el Santí- simo Viático. En esta ocasión no principia la Superiora el Confilteor Deo, como en otras Comu- niones; se espera que á su tiempo lo diga ó prin- cipie el Sacerdote. 529. Concluído el acto, en la procesión que de nuevo se hace para salir de la clausura el Santísimo Sacramento, se dice á coros el Te Deum. Cuando se llega á la portería, las que lle- van la Cruz y los candeleros se han de poner de frente á la mano derecha, las demás arrodilla- das, según costumbre, y en cuanto se cierra la puerta reglar, irán con presteza al Coro para re- cibir en silencio la bendición que el Sacerdote da con el Sgdo. Copón, cuando lo vuelve al Sagrario. 530. En estando ya la enferma Viaticada, la primera enfermera ha de llevar á la celda de la Superiora el cajón del dormitorio donde la reli- giosa tiene los libros, papeles, etc. Allí estará depositado hasta ver el resultado de la en ferme - dad. Si ésta se pasa, el cajón se vuelve intacto á donde estaba; pero si la enferma muere, enton- ces la Superiora, por sí misma y sola (que esto no lo ha de fiar á nadie), sacará todo lo que con- tiene el cajón, y, si encuentra cartes de concien- cia, papeles, etc., debe quemarlos enseguida, á no ser que tenga motivos para pensar pueden ser de alguna utilidad, en cuyo:-caso deberá en- tregarlos al P. Director. 531. DE La EXTREMAUNCIÓN.—A ser posible se ha de administrar cuando la enferma conser- va todavía sano el conocimiento, para percibir más abundante gracia del Sacramento y para que la enferma pueda ejercitar su fe y devoción mientras es ungida con el Santo Oleo. Si el tiem- po y las circunstancias de la enferma lo consien - ten, antes de administrarle la Extremaunción, se le administrarán los Sacramentos de Peniten- cia y Eucaristía,