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— 1%) — can á perfeccionar las conversaciones si no son preguntadas, porque su oficio es escuchar y ca - llar. Cuando van con alguno de fuera por los claustros Ó corredores, la segunda escucha va delante guiando y tocando la campanilla para que se retiren las demás, y la primera, al lado de su Superiora, dándole siempre la derecha. Si suben alguna escalera, dejen por modestia y educación, que los hombres pasen adelante, pero cuando bajan, al revés, las religiosas deben iras primeras. 509. La segunda escucha sea muy obsequio- sa con su Superiora y compañera, déles los ve- tos cuando tocan á entrar, y dóblelos después cuando concluyan, procurando tenerlos siem- pre muy compuestos y cepillados. Es de su obli- gación barrer la entrada de la huerta, llevar, si ocurre, la comida del hortelano ú oficiales y otras cosas semejantes que se ofrecen. Cuando sabe que algún operario ha de entrar, procure antes dar una vuelta por los lugares á donde ha de ir, para que esté todo limpio y ordenado. 510. ESCUCHAS DE REJA.—Han de ser dos, del número de las Discretas, porque es oficio que lo pueden desempeñar aun las ancianas y enfermas. Cuando las llamaren, acudan con di- ligencia para no hacer esperar. Su oficio es vigi- lar y escuchar lo que se habla en la reja ó locu- torio, por consiguiente, no cumplen si, por ha- blar entre sí, no oyen lo que se dice. Esto no quiere decir que hayan de estar junto á las que hablan y mano sobre mano: pueden estar con su labor y algún tanto retiradas, pero en silencio para escuchar mejor. Es de su obligación poner el reloj 6 hacer cargo de la hora que es (cuando principian á ha- blar) para que en pasándose la media hora que á las visitas ordinarias señalan las SS. Constitu- ciones (cap. IX), avisen á la Superiora para que se despidan. Si sucede que la hora del Coro ó re- fectorio se aproxima, deben avisarlo siquiera

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