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—= 10%— tendrán una licencia general, pero cuando sé ofrece algo de nuevo, no pueden abrir sin pedir antes licencia, á fin de que la Prelada vea si la necesidad es tan urgente, que no pueda espe- rarse á cuando se abre para los casos ordina- rios. 495. Cuando tocan la teja en señal de que va á entrar alguno de fuera, las dos Torneras ma- yores se pondrán una á cada lado de la puerta seglar, pero nunca la abrirán hasta que esté presente la Superiora con las escuchas corres- pondientes. 496. Siempre que la M. Abadesa entra en el torno, dicho se está que inmediatamente la Tor- nera debe cederle su puesto y retirarse atrás: sería mucha falta de educación y respeto que- darse á su lado y hablar alto alguna palabra, cuando está hablando la Superiora. 497. SEGUNDA TORNERA.—El oficio de la se- gunda Tornera es, no solamente escuchar lo que habla la primera, si que también ayudarla en todo. Si no está la tercera, le ha de dar todo á la mano para que no se mueva de su puesto, le ha de recordar si ve que algún recado se le olvida y ha de estar atenta á cualquier insinua- ción ó pregunta que le haga. Todo esto lo ha de hacer con voz muy baja, de manera que no la oigan nunca los de fuera, porque está muy mal y es de mal efecto. En el torno no debe oirse nunca más que la voz de la primera Tornera, ó de la Superiora cuando es la que habla. 498. Sería de desear que entre las dos Tor- neras mayores hubiese tal unión y conformidad, que la segunda fuese como el ángel de la prime- ra, es decir, que le pudiera advertir las faltas á que está tan expuesto oficio tan escabroso, ayu- dándole de esta manera á que lo cumpla bien. Cuando en caso de enfermedad de la primera, pasa la segunda al torno, guárdese de hacer la menor mudanza y sea en todo un eco fiel de lo que ha visto y oído hacer á su primera, de tal
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