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> que hacen mucho ejercicio corporal; y sería un grosero error y notable falta de caridad, descui- dar el modo de preparar la comida ó no arre- glarla de modo que convenga á las de vida se- dentaria como á las que trabajan manualmente, bajo pretexto de mortificación y pobreza. La Provisora (y lo mismo la cocinera) debe procu- rar ser mortificada personalmente; pero jamás y bajo ningún pretexto debe mortificar ni afligir á las demás con su descuido y negligencia. 450. Asu cargo están todas las cosas co- mestibles, así como el orden y buen gobierno de todo lo que á esto se refiere. Debe tener gran cuidado, no sólo de la carne y pescado, sino de legumbres, garbanzos, lentejas, arroz y aun de los ajos y cebollas y pimientos, para que no se pierdan; avisando con tiempo á la Prelada y Tor- nera antes que se acaben, para que no haya fal- ta y se pueda hacer la provisión en tiempo opor- tuno. La despensa téngala siempre limpia, com- puesta y cerrada con llave; no permita fácilmen- te que las religiosas entren en ella. 451. A la Provisora le han de pedir todas las oficialas (previa la licencia de la M. Abadesa) las cosas ordinarias y comunes que necesitan para sus oficinas; ella cuida de dar los recados á la primera Tornera para todo lo que se ha de traer de fuera, y lleva en un estado las cuentas de to- das las salidas, para presentarlas á fin de mes (después de poner muy bien y con claridad el resumen de todo) á la M. Abadesa, con la que debe conferenciar algunas veces sobre los gas- tos, necesidades de las religiosas, provisiones, tiempo de hacerlas, etc. En todo debe ser lo que su nombre significa, esto es, una vigilante pro- visora llena de prudencia, caridad y amor á la santísima pobreza. Considere que la santa Reli- gión le ha fiado uno de sus más sagrados em- pleos y procure con virtudes y santas obras hacerse digna de la luz que necesita para des- empeñarlo debidamente, :

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