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a 178 trario las Discretas han de ser «siempre las más solícitas en guardar la unidad del amor frater- nal, el cual es nudo de la perfección 436. DISCRETORIOS.—Cada vez que la M. Aba- desa necesita reunir á las Discretas, las llamará dando doce golpes en la teja, y al oir esta señal, todas y cada una de las religiosas deben elevar á Dios su espíritu, pidiendo luz y acierto para el Discretorio. Reunidas las llamadas en la celda de la Superiora, antes de hacer cosa alguna han de invocar la gracia del Espíritu Santo, la inter- cesión de la Virgen Santísima, de N. P. San Francisco y N. M. Sta. Clara, en la forma que se hace antes de las votaciones de las novicias (núm. 408). Después la M. Abadesa les dirá que se sienten y propondrá el asunto para que las ha llamado, diciendo las razones que hay en pro y en contra; pero de tal manera que, no desde luego mani- fieste su parecer, para que así con más libertad diga cada una el suyo. Ordinariamente conviene discutir la cosa antes de resolverla, porque de la discusión nace la luz. Cada una indistintamente diga lo que sobre el particular se le ofrece, ó pre- gunte lo que no ha comprendido. Deben hablar con humilde y santa libertad; pero á la vez con prudencia, respeto, sumisión y fraterna caridad. Si hubiere discordancia de razones, no quiera ninguna hacer prevalecer las suyas, antes con humildad tema de sí y piense que las demás acaso irán más acertadas; aunque no por esto se le quita la libertad de obrar según le dicte su conciencia. Después de discutido el asunto, si- gue el dar cada una su voto 6 parecer definitivo. Esto se hace por orden, principiando la M. Aba- desa, y ninguna debe ser interrumpida, ni mez- clar otras razones, hasta que todas hayan termi- nado de hablar. 437. Cuando hay mayoría de votos en algún asunto de importancia, ninguna Discreta puede rehusar de firmar las actas de Discretorio, bajo

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