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— 163 — guiendo á su derecha, y después desde la Madre Vicaria á la izquierda, pasará con dos platos, de donde cada una tomará una haba blanca y otra negra. 414. La M. Abadesa tendrá delante una me- sita, y en ella una jarra bastante capaz, cubierta con un paño blanco. Lo primero, la Superiora deposita su haba en secreto, y luego, de dos en dos, se pondrán de rodillas delante de la mesita, y una después de otra, levantando un poquito el paño, meten la mano en la jarra y dejan la haba blanca ó negra. En seguida, puestas en pie, ha- cen una inclinación media á la Superiora y se retiran hacia cada lado, dando lugar á las otras dos, que deben estar ya en el centro. 415. Después que han pasado todas, se le- vanta la M. Vicaria y las tres Discretas más an- tiguas, y rodeando la mesa, examinan con la M. Abadesa el resultado de la votación. Si es fa- vorable, se arrodillan y la Superiora dice: Agi- mus tibi gratias, omnipotens Deus, pro universis beneficiis tuis. Qui vivis el regnas in secula se- culorum. R) Amen. Luego, alternando, dicen el Salmo 116: Laudate Dominum omnes gentes, etc., con Gloria Patri, y concluído, se vuelven á sentar. 416. La M. Abadesa pone otra vez todas las habas en la jarra, la cubre con el paño y se la entrega á la Sacristana que, dando con ella una vuelta como antes, recoge en secreto la haba que á cada una le ha quedado. 417. En el tiempo que dura todo lo que an- tecede, la novicia ha de estar en el Noviciado y las profesas simples en sus celdas, rogando á Dios por el feliz éxito del escrutinio. Luego que éste haya terminado, la M. Maestra saldrá de la sala para traer á la novicia ó novicias, y á la vez tocará una campanillita para que las profesas simples vayan á reunirse con la Comunidad. 418. Cuando la novicia llega, después de ha- cer la genuflexión en el Altar, se arrodilla delante

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