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— 159 — seglares servidas como señoras, que humildes religiosas mortificadas y sufridas. 401. Por espíritu de caridad las Discretas que noten defectos en las novicias, avisen á la M. Maestra sin esperar el tiempo de votación, para que ésta pueda corregir oportunamente á la culpada y evitarle, si se enmienda, la expul- sión del Noviciado. 402. La novicia debe callar y guardar mucha modestia en sus palabras, pues no le es lícito hablar con ninguna religiosa si no es su Prela- da, su Maestra y compañeras,'ó cuando la cari- dad ó necesidad lo pidieren: entonces ha de ser con voz baja (lo que bastare para ser oída), que es vicio impropio de religiosas hablar alto 6 hablar á otra desde lejos. Fuera del tiempo destinado á la recreación, no se ha de hablar más que lo necesario, y esto de rodillas, ceremonia santa que ordenan las SS. Constituciones (cap. XVI), para que se abre- vien las conversaciones. Las Superioras y.Maes- tras deben no descuidarse en hacerla guardar á las que están á su cargo; y no por cortesía hagan levantar cuando les hablaren de rodillas, pues que esa supérflua cortesía cede en daño de tan santa práctica y del silencio. 403. Cuando la novicia fuere á decir algo á la Maestra ó alguna compañera á su celda, lla- me, dando con suavidad dos golpes á la puerta: pero no la abra si no le responde la que está en ella, que es señal de que no está ó que tiene ocu- pación que no le permite responder. Si estuvie- re, ha de contestar: Ave Maria Purisima. Enton- ces, la que ha llamado abrirá, y las primeras palabras con que le ha de saludar, puesta de rodillas fuera de la puerta, han de ser: Sea ala- bado nuestro Señor Jesucristo. Dado el recado á la de la celda, sin entrar jamás en ella, no se detenga, levántese y vuelva á cerrar la puerta, dejándola como la halló. Lo mismo ha de hacer en las demás cosas, dejándolas siempre como

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