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tes algún tiempo de probación; ya por el espiritu de mundo que se ve en casi todas las aspirantes, por grande que parezca su vocación; ya por el descrédito que naturalmente se sigue cuando después de tanta publicidad tienen que salir; y ya, en fin, por otras varias razúnes de no menor consideración: nuestro Venerable Prelado dio- cesano, contestando á la consulta que sobre ello le hizo esta Comunidad, se ha dignado disponer que en adelante, antes de vestir el santo hábito, todas pasen por lo menos tres meses en clase de Postulantes. 383. Para recibirlas en esta forma, no se ne- cesitan los votos ni el consentimiento de la Co- munidad; basta la aprobación del Discretorio y la licencia del Señor Obispo; pero antes de soli- citarla, está obligada la M. Abadesa á informar- se muy bien de las cualidades de la joven en to- do sentido; de su vocación, salud, procedencia, educación, etc., etc. 384. En el Cap. Il de Ntra. Seráfica Regla, entre otras cosas, habla del modo que se ha de guardar con las que entran antes de la edad le- gítima; lo cual manifiesta cuán conforme es al espíritu de la misma Regla el que sean recibi- das de este modo, y á la vez instruye en lo que con ellas debe hacerse. 385. Han de estar bajo la vigilancia é ins- trucción de la M. Maestra de Novicias, que debe examinar con gran cuidado su vocación, salud, aptitudes, carácter y el espíritu que las auima. Debe presentarles con desnudez lo que es el sa- crificio de la vida religiosa, «notificándoles las cosas duras y ásperas mediante las cuales se sirve á Dios, y cuán necesario sea guardarlas según esta Religión, para que después no pue- dan alegar ignorancia». (Sagradas Constitucio- nes. Cap. ID. 386. En cuanto al modo de recibirlas en la clausura, se hace sin ceremonia alguna. Acuden á la portería (además de las Torneras) la Madre | f 4 4 + 4
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