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de posponer todo humano respeto, aficiones te- rrenas é insinuaciones ambiciosas, para elegir sólo á la que fuere tenida por más apta é idónea para saber ejercitar oficio semejante; que de no hacerlo así, las electoras pecarían mortalmente y serían copartícipes y responsables de las con- secuenciás que se hubieran de lamentar, mer- ced á la impericia y carencia de dotes para el go- bierno, de las que injustamente encumbraron. 323. Para formar recto juicio de la idoneidad de una religiosa para el oficio de Prelada, con- viene examinar si reune estas cuatro cualidades indispensables: caridad, piedad, ilustración y prudencia, 1.” Caridad, para que sea una verdadera Ma- dre; este es el blanco donde principalmente han de poner los ojos las electoras, en escogerse una Madre, de tal manera, que aunque una reli- giosa reuna las condiciones más excelentes, si no la han visto distinguirse en la caridad, en el sacrificio de sí misma por sus hermanas, no debe ser elegida. 2.” Piedad, ó lo que es lo mismo, perfecta observancia regular, para que su ejemplo sirva de estímulo á las demás y crezca en todas el ce- lo por la gloria de Dios y santo entusiasmo por el aumento y perfección de nuestra Seráfica Re- ligión Capuchina. 3.” Iustración. Para que en medio de los calamitosos tiempos que atravesamos se con- serve una Comunidad con el decoro y esplendor debido, se requiere que la Superiora tenga si- quiera una mediaha ilustración. 4.” Y por último, necesita la prudencia, con que se dé cuenta del estado de los asuntos y vea en cada uno los medios más conducentes para la obtención de un buen resultado; la prudencia la mantendrá en el justo medio para no propen- der ni á la demasiada severidad ni á la excesiva indulgencia, y comunicará cordura y modera- ción á sus obras y palabras. 9

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